Fragmento #1 – El comienzo

Ahora no sé si llueve o no; la sala de juntas donde paso estas horas no tiene ventanas. Creo que es así a propósito: para que las proyecciones se vean más nítidas, o quizá para aumentar la concentración de los asistentes. En cualquier caso, de existir alguna razón, está motivada para el interés de la empresa. Dentro de esta planta, de este edificio que es de cristal para los que lo ven por fuera, y de moqueta y biombos para los que lo transitan a diario, todo tiene que ser a mayor gloria de la empresa.
Va a acabar la reunión. Guardo, doblando dos veces por la mitad, este folio que me sirve de escape. Luego pasillo, rellano y ascensor. Después torno de salida y con suerte alguna palabra.
Estoy en la calle, el suelo mojado delata unas lluvias esperadas… no sé si son de ayer o de hoy.