Fragmento #101 – Sinceridad maquillada

Llevo detrás de Ernesto toda la tarde, cámara y mapa en mano… La Sagrada Familia, Parque Güel, La Boquería, la Villa Olímpica, la playa, el Liceo… Necesito un descanso.
- ¿Qué tal si paramos un rato y nos tomamos un café?- le propongo a Ernesto.
- Eh… Bueno.- contesta con desgana- ¿Qué te pasa, Mario?
- ¿A mí? Nada…
- ¡Y un cuerno, Mario!- contesta exaltado- ¿Te crees que soy tonto? Llevas dos días como ausente…
- ¿Yo?
- Sí… Desde que hablaste con Astrid…
- Pero…
- ¡Pero nada, Mario!- sus ojos parecen salirse por los cristales de las gafas- ¿Te crees que no me he dado cuenta de lo que pasa?
- Pues… no sé. ¿Qué pasa?
Un sudor frío me recorre la espalda, ¿habrá visto lo de anoche? ¿Me habrá visto besando a Astrid?
- ¿Qué pasa?- repito nervioso.
- Que no sabes cómo acercarte a Astrid… ¿o me equivoco?
- No…- contesto suspirando mientras el sudor frío se evapora con velocidad.
- Lo sabía. Ayer estuve hablando con Bernard… Quizás no debimos encargarte hablar con ella…
- No me importa.- no tardo en contestar.
- Su tío no puede con ella… Y pensamos que tú, siendo joven, podrías…
- Y puedo…- le contesto.- Ya me he acercado a ella un poco…
- ¿Y qué tal?
- Bien…
- ¿Sólo bien?- me pregunta extrañado, creo que se ha dado cuenta de algo- ¿Se siente cercana a ti? ¿Te ha cogido cariño…?
- Emh… Eso creo que no…
- ¡Pues es lo primero!- exclama- Si no, nunca se sincerará…
- Intentaré que me coja cariño…- le contesto.
No sé si en voz alta o voz baja… No sé si aquí o allí. ¿Qué me pasa? Quiero olvidar a esa niña y no puedo. Astrid…