Fragmento #114 – Le atiende: Diana Ramos

Cansado de integración racial, negros, blancos, banderitas, escaños, porcentajes y barras y estrellas, he vuelto al supermercado (esta vez con dinero) y con sólo dos donuts en el estómago desde ayer…
Provisiones básicas: patatas fritas, congelados, algo de pan y alcohol. Sé que no debo hacerlo, que no es la solución, pero… la teoría es fácil. En realidad quiero emborracharme, no lo hago inconscientemente... Quiero olvidar, quiero sufrir resaca y mareos… Eres un estúpido, Mario.
- Hola, buenas tardes.- me dice la cajera.
- Hola…
¡No! No puede ser ella otra vez… La dependienta mirona y cotilla, la de ayer, la del otro día… ¿Pero quién se cree? Deja de mirarme, estúpida. Le atiende: Diana Ramos, leo en la chapita de la rebeca. No deja de mirarme, anonadada, como si hubiera visto un espíritu… ¡Cómo si yo fuera el espíritu!
- ¿Pero qué estás mirando?- le pregunto mirándola fijamente.
- Perdone… es que… me suena su cara.
- No te conozco de nada…- será maleducada- Te has equivocado.
- Puede ser… Lo siento muchísimo.
La cajera sigue mirándome, mejor que pase de ella o me sacará de mis casillas. Comienzo a meter las cosas en la bolsa. Congelados por un lado, botellas por otro…
- ¿Ha salido en algún anuncio?- me pregunta la tal Diana Ramos.
- No…- creo que queda bastante claro que paso de ella.
- ¿Le han pintado alguna vez un cuadro?
- ¿Cómo sabes lo del retrato?- ya me estoy empezando a asustar.
- Lo he visto...
- ¿Dónde?- pregunto sorprendido.
- Alguien lo tiene en su casa…- me contesta.
Sí, debe estar quedándose conmigo. No es posible… Quizás deba de dejar algunas botellas… Paso de ella, no puede ser… Quiero irme a casa, abrir mi Johnny Walker y tumbarme en el sofá.
Le doy el dinero y me marcho sin decir nada. Mario, te estás volviendo loco… No, no… Te están volviendo loco.