Fragmento #9 - Hoy lo prefiero descafeinado

Tuve que esperar más de un año para poder volver a mirar todos los álbumes de fotografías que guardaba con recelo en la estantería del salón. La idea de poder haberlos tirado me incitaba a almacenarlos con más ímpetu incluso, porque la tentación de abrirlos era casi nula hasta que llegara ese momento.
Más de un año para sentir aquello que llaman "sentimientos guardados en lo más hondo"... Expresión que jamás entendí hasta ese momento; mi tendencia - normalmente - a divagar entre los buenos recuerdos de un presente y arrinconar con desdén los que me resultaban ciertamente desagradables, me provocó durante todos estos años el deseo de no pensar en ese momento. Ni siquiera una reconstrucción del mismo.
Mi madre ya había regresado a Málaga, donde ahora vive con Luis, un propietario de un humilde negocio. Ella sigue trabajando en la oficina de corrección de prensa, pero tienen una casa nueva que, por lo visto, le ha fascinado a Marcos. Me pregunto cómo se encontrara. Si aún sigue teniendo esas pesadillas que usaba como pretexto para dormir en mi cama, o si sigue teniendo ese amigo tan noble víctima de los "reclusos" más gamberros de la escuela. Confieso que echo todo de menos. Y ese es el primer paso, como dicen, reconocerlo. La certeza de que, al menos, estoy segura de lo que siento. Los folios, quizás, durante todos estos años han estado invadidos por enredos de mis propios pensamientos. No vendría nada mal un poco de orden para una mente tan imperfecta. La perfección es imperfecta en sí misma. Pero ese abrazo fue perfecto... sin más.
Hoy lo prefiero descafeinado. Con el álbum entre mis piernas, recuerdo el momento. Pienso en las palabras, en las miradas y en los silencios. Siento la sonrisa inevitable en mi rostro porque un halo de inspiración acaba de invadir mi mente, mientras me doy cuenta que las fotografías siguen en el mismo lugar, con los mismos momentos almacenados en su interior. Con las mismas risas, que aún oigo en cada pedazo de papel plastificado. Ahora puedo pasar la página del álbum.
Siento, por fin, que todo ha vuelto a su lugar. A su lugar de origen. La página ya está pasada y a partir de hoy me toca retarte, Bedda.
El café ya esta frío y mi mente acaba de despertar. Un cambio está por llegar.