Fragmento #111 - "Te dejo porque te quiero"

- No has contestado a ninguna de mis llamadas. ¿Pasa algo?

Alma me ha llamado. Lógicamente está preocupada.
- Alma... Yo... No sé... Cómo decírtelo.
Se hace el silencio, pero ella se apresura a romperlo.
- No te preocupes. Lo entiendo. Te has precipitado al pedirme...
- No, no. - La interrumpo. - No es eso. Yo te quiero, Alma. Como jamás en la vida he podido querer a nadie.
- ¿Pero? - Pregunta con suspicacia.
- No puedo...
- Jaime suena a que me dejas por obligación. ¿Es que acaso a tus padres no les parece bien que salgas conmigo?
- Es cierto que te dejo, Alma - se produce un silencio condenado - Pero debes creerme si te digo que es porque te quiero.
- Suena a excusa barata, pero ya sé que si no quieres de tus labios no saldrá nada. ¿Hay otra?
- No.
- ¿Es un adiós, Jaime? - Pregunta intentando superar ese nudo en la garganta.
- Supongo.

Cuelga el teléfono.

Me seco las lágrimas, acabo de volver a hacerlo. He roto las ilusiones de un futuro a una buena mujer. Pero, ¿cómo decirle que tengo a un niño?
Pensar que en un momento de la conversación parecía que cortaba porque estaba arrepentido, más que por estar en la obligación, no me ayuda.

Y si mis padres no me hablan, cuando lo hace mi madre tampoco es que me haga ver un rayito de sol.
- Quiero que mañana mismo salgas y busques un trabajo. Nosotros no podemos mantener al niño.
- ¿Y si no es mío?
- Mío seguro que no es.
- ¿Y si lo doy en adopción?
- Haz lo que te venga en ganas, Jaime. Yo no lo puedo mantener.
- ¿Quién es la madre?
- Tu sabrás, Jaime, a quien metes en tu cama.
Se marcha.

Ya lo decía yo, nadie sabe darle valor al tiempo... Y mucho menos a un paraguas.