Fragmento #81 - Aquí

No puedo evitar emocionarme cuando paso por entre los trenes, como gigantes de hierro que bufan. Gimen, exhalan ese humo gris que convierte las estaciones en bruma. Paso por al lado de madres e hijos, señores de chaqueta, muchachas. Agarro fuerte la maleta: cuando estuve aquí vi suficientes carteristas.
Subo y bajo los peldaños de tres en tres. Al salir, tengo la sensación de penetrar en París como una flecha: trazando sendas a través, heridas. Miro a todo el mundo, con la sensación de que lo conozco. Corro a un quiosco y compro un periódico. Le monde, por ejemplo. Casi no importa, cualquier cosa en París huele a granos de café y a Croissant, suena a un eco de palomas. Corro hasta la primera cabina que encuentro. Saco el papel arrugado de la chaqueta. Marco. Suena.
- ¿Hola?
Alguien balbucea primero, y luego suena su francés.
- ¿Michelle?