Azaleh
| Sujet: Fragmento #3 – Una decisión cualquiera 06.01.09 3:52 | |
| Miércoles, 27 de Febrero de 2008 En Madrid Tengo 30 años… ¡No! Mierda, otra vez. Tengo 29, veintinueve. Esta frontera de década me juega malas pasadas cuando me preguntan la edad. Creo que es mi subconsciente, que sabe muy bien cuanto detesto el paso del tiempo. Ahora es una pregunta escrita en la pantalla. Un nick extraño en esta ventana de chat. Una de tantas abiertas. - Hola. ¿Qué tal? - Pues bien, ¿y tú? - Bien. ¿De dónde eres? Yo de Madrid. - De Valencia. ¿Qué edad? - ¡Vaya! ¡Qué pena! Tengo 29, ¿y tú? - 25. ¿Acaso esperabas quedar tras dos frases? - No… pero las posibilidades se reducen. - Valencia no te queda tan lejos. - ¿Das por sentado que soy yo el que se tiene que mover? - Jajaja. Hombre, no creo que haga falta que te diga que oferta no me falta. - Claro que no, es fácil ser mujer en un chat. - Jajaja. - Cubres la indiferencia con risas… ¡Ah! No, espera, que me tengo que sentir agradecido sólo porque una chica me responda a un privado. - Exactamente. Jajaja Opto entonces por la indiferencia, dejo el ordenador encendido y todo abierto y me voy a la cocina a por algo que comer. La técnica de hacerse el duro, sí. El interesante. Normalmente se me da mejor en persona. En un pub, o en un bar la presencia gana enteros. Aunque uno pueda ser menos ocurrente que delante del ordenador, no hay tiempo para pensar… Hubo un tiempo en el que creí en el cuento de hadas. Encender el ordenador y entrar en un chat se ha convertido en un acto reflejo, como lo es en un adolescente abrir el messenger. Esta noche en realidad, ni siquiera creo que lo desease. Enciendo la tele; los informativos hablan sobre otra campaña electoral y una nueva tensión creciente en los Balcanes. No es que me agrade en exceso, pero se me supone una persona que debe estar enterada de lo que pasa en el mundo en el que vive. Ya no tengo ganas de volver frente a la otra pantalla. Por un lado, mi imaginación se divierte ante el hecho de que tenga varias líneas de preguntas estilo “¿Alo? ¿Estás? Ahora que me habías caído majo…” Pero son varias las veces que he vuelto y no he encontrado nada… Esa sensación de vacío, como la del adolescente cuando no ve su barra de tareas llena de iconitos naranjas al volver de cenar. No, ahora quiero seguir aquí. Hay otro lado, y a ese, le interesan las noticias y lo que pasa por el mundo. Sí, ahora, esa es la mejor elección. | |
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