Alnilam
| Sujet: Fragmento #23 - Planificación 06.01.09 16:59 | |
| Viernes, 5 de Diciembre de 2008 En Sevilla Sara sabía de Estrella, eso me quedó confirmado por Rocío; quien le contestó para hacerla ver de que yo era capaz de vivir sin ella. Por lo tanto, solo quedaba ese sendero. Tendría que desplazarme a Sanlúcar de Barrameda y entablar con Sara de nuevo una relación ficticia para poder llegar a todos sus contactos, no podía descartar a nadie de este juego sucio.
Pero hacía tiempo que no sabía nada de Sara, y algo me dice que mi estancia allí será duradera, por ello, a mediodía, me desplacé al distrito de Nervión para contactar con un socio, en su casa, que posee un pequeño apartamento en la ciudad costera, también, es el responsable de que conociese a Sara. Sería divertido ver qué pasa, si la diversión significase algo para mí en estos momentos. - Supongo, que has venido a disculparte. - Me saluda muy serio el chico, que responde al nombre de Roberto. - Me temo que no, lo siento. Me invita a entrar, no sin antes echarme una mirada de arriba a abajo. - ¿Cómo estás, Robert? - Para tí, soy Roberto. - Me corrige. - Estaba bien, hasta que tú llegaste. - No seguirás enfadado conmigo, ¿verdad? - Le pregunto con una sonrisa. - Vamos, he visto, por otros contactos en la web, que tienes a una nueva persona en tu vida, y creo que estaís bastantes acaramelados. - No tienes derecho a espiarme. - ¿Quién ha dicho que lo haga? - Se hace el silencio. - Vamos, Roberto, sabes muy bien que de haberte yo dado un sí, hoy no estarías con él. - ¿Qué quieres? - Que me ayudes. - Le digo rotundamente. - Se trata de Sara. Roberto suspira. - ¡Ay, Sara! - Roberto se interna en el pasillo que lleva a la cocina y de allí saca un par de cervezas, me ofrece una y me da el abridor. - Fue una lástima, Jaime. Creo que te quería con locura. Vuelvo la cara. ¿Es asco o, simplemente, no quiero reconocerlo? - De eso mismo se trata. Me he dado cuenta del gran error que he cometido dejándola, sé que ella es el amor de mi vida... - ¿Y quieres volver con ella? Asiento. - Tengo su dirección de correo electrónico, te prometo que hablaré con ella. - ¿De veras lo haras? - Mi pregunta acaricia el sarcasmo. - Vamos, Jaime, los tiempos han cambiado. Tengo al hombre de mi vida y tú ya no lo eres. Sonrío. - Tengo que pedirte un pequeño favor. Se queda mirándome. - Tu apartamento, necesito que me lo prestes. No creo que la madre de Sara me permita quedarme mucho por allí, sabiendo que soy el cabrón que hizo que su hija estuviese medio depresiva. Piensa. - Tu ganas, Jaime. Pero nada de fiestas y sexo, ¿entendido? - ¿Por quién me tomas, Robert? - Por el mayor hijo de puta que conozco. Brindamos con los botellines. | |
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