Fragmento #28 - La visita

Todo comienza como terminó la noche, solo Dios sabe cuándo, pero casi que prefiero haber muerto y olvidarme de todo, a ver la claridad que entra por la ventana y el recuerdo de que estoy dolorido.

Intento incorporarme y una punzada nace en mi vientre, es desgarrador. Miro el ambiente de mi alrededor y no me hace falta ser un gran detective para adivinar que estoy en un hospital. Algún alma samaritana habrá llamado a los médicos. ¡Dios, los médicos! Si mis padres descubren el pastel estoy perdido, me creen en Madrid haciéndo un cursillo de inglés...

Un hombre hace su entrada en la habitación.
- ¿Cómo te encuentras?
- Bien, gracias.
- Te hicieron un corte feo.
- ¿Qué corte?
El médico me mira por encima de sus gafas y señala mi estómago.
- Ah, esto. Bueno, fue un gato que...
- No tienes que darme explicaciones, pero creo que sí se lo debes a ellos.
Los padres de Elena y los míos aparecen en el umbral de la puerta.