Fragmento #11 – Feria de Abril

Nunca me he tomado en serio las calles con nombres de torero. Hace mucho viento. Y llueve. La arena húmeda me está coloreando las botas. Y para colmo, no te dejan entrar en ningún lado.
-Hola. Mira, conozco a ese tipo.
-Pero si no te mira.
-Claro que sí, es mi amigo Miguel.
El guardia se gira. Vamos, Miguel, enróllate.
-Me da a mí que ni se llama Miguel ni hostias.
No cuela. Mierda. Tanta caseta, y tanto gorila. Más que la feria, esto parece el circo. La lluvia vuelve con más fuerza, y no me queda más remedio que echarme la capucha. Tienes tres opciones, David: Una, irte a la caseta del PSOE, el PP o así, que en éstas entra todo el mundo, pero debe estar lo suficientemente llena como para que no puedas meter ni el mechero. Otra, probar a ver si uno de estos gorilas me deja entrar a mear y de paso me tomo una tortillita y una cervecita. O, mejor aún, montarme en la noria y fumarme un poquito de hierba. Pero claro, está el tema del vértigo. Y de la lluvia.
Resignado, emprendo la marcha hacia el macdonalds de República Argentina, a ver si unas patatas calentitas y con ketchup me animan un poco. Qué maravilla, la feria de Abril.