Alnilam
| Sujet: Fragmento #43 - Es mi destino 15.01.09 23:45 | |
| Miércoles, 14 de Enero de 2009 En Sevilla Ya no sé qué pensar. Antes creía que hacía mucho frío, pero ahora me doy cuenta que es el alma lo que tengo congelada. Ya no tenía más remedio, tenía que salir. Elena me llamó esta mañana diciéndome que tenía algo muy importante que contarme y que no podía hacerlo por teléfono. Irónicamente, quedamos en el mismo sitio donde mi tío me pasó aquel expediente con informes, escuetos, referentes a las cinco personas que, de una u otra forma, estaban implicados.
Para mi sorpresa, ella ya ha llegado. ¿Será que todo este tiempo que no he salido de casa he perdido el sentido de la puntualidad? Elena se acerca corriendo y sonriéndome, me estrecha fuertemente entre sus brazos. Me veo obligado a corresponder. - ¡Oh, Jaime! No puedes imaginarte cuánto te he echado de menos. A ver, déjame que te mire bien. - Se despega de mí, aunque no mucho, y me regala una sonrisa. - Ven aquí, guapetón. - Vuelve a abrazarme.
Es en el segundo abrazo cuando de veras le correspondo con el corazón. - Espero que también tengas uno para mí. - Está nervioso, no sabe cómo voy a actuar, y le encantaría saber lo que pienso en este mismo instante, lo miro seriamente. Debería matarle por lo que me hizo en Sanlúcar, pero, ¿qué hubiese echo yo en su lugar?, ¿qué haría yo por alguien de mi familia, más por un hermano? - Yo... Lo siento. - Comienza a llorar. Me desahago cariñosamente de los brazos de Elena. Me acerco a él y le abrazo. Sebastián toma aire, siento que su cuerpo se relaja, sabe que no voy a hacerle daño. - Lo siento, lo siento, lo siento... - Me susurra en el oído.
Nos dirigimos a una mesa, pedimos cocacola, batido de fresa, un café y una gran palmera cubierta de chocolate, que Sebas devora. Elena borra su sonrisa de la cara y me mira con malicia. - Sabía que no te darías por vencido con la trama esta que gira a tu entorno. Y, de repente, Sebas llegó a casa, hace relativamente poco y me contó una serie de datos que sé que te pueden interesar. - Mirad, - comienzo diciendo yo antes de que los dos abrieran la boca. - os lo agradezco mucho, chicos. Pero no quiero saber nada más del tema. Una persona ha muerto y no estoy de humor para seguir con el asunto, ya tengo demasiado con tener que vivir. - Jaime, debes escuchar esto. Luego puedes hacer lo que creas más conveniente. Sebas deja de comer, me mira muy serio y comienza a hablar. - Ante todo quiero pedirte perdón, Jaime. Y agradecerte que no me denunciarás por lo que te hice en Sanlúcar. - En los minutos que siguen me cuenta que fue él quien llamó al porterillo del edificio donde Elena y yo nos hospedamos. - Cuando volví a mi casa aún tenía las manos manchadas de sangre, de tu sangre y algo dentro de mí me decía que me había equivocado contigo, tenías que salvarme la vida para darme cuenta de que tu no eras mi enemigo, sino Diego. Él me intentó atropellar cuando vió que sus planes, donde yo intervenía, se vieron truncados cuando te dí la apuñalada.
Miro a Elena, todo esto ya lo sé y es una perdida de tiempo, a mi no me sirve que quiera limpiar su alma contándome sus penas. Pasó y pasó. Lo que cuenta es el presente, le he perdonado por todo, ¿qué más quiere, que llore?
- Si lo que quieres es confesarte, deberías buscar un sacerdote y comerle la cabeza a Dios, no a mí. Me voy a levantar, pero Elena me coge del brazo y me obliga a sentarme. Veo que su rostro tiene un matiz que nunca antes había visto en ella. Esta enfadada conmigo ante lo que acabo de hacer. No se esperaba mi reacción. Como si con él no fuese la cosa, Sebas prosigue. - En Periodismo conocí a una chica, Silvia. Me dijo que teníamos un amigo en común, Diego. Vino de Sanlúcar y nos vimos. Me habló de mi hermano y evidentemente tú saliste en la conversación... - ¿Cómo no? - Suelto con ironía. - Me habló de tí, de lo que estabas haciendo y entonces, lo dijo. Se queda callado y empieza a temblar. Acto seguido llora. Miro a Elena, ella me sonríe. No puedo evitar mirar extrañado a Sebas, me inclino hacia él e intento consolarle. No sirve de nada. - Han vuelto, Jaime. - Me dice llorando. - Y son más peligrosos que antaño, no se detienen ante nada. Casi siento lástima por él. Elena sonreía porque sabía que el nombre del grupo tendría una desagradable acogida en mi cuerpo. - Ellos son responsables de la muerte de Sara. - ¿Quiénes? - Destino. Entonces, comprendo la sonrisa de Elena y un estremecimiento me recorre todo el cuerpo. Sí, el grupo de rebeldes ha vuelto y algo me da a que Sebas tiene razón, son más peligrosos que nunca. Odio que la gente lleve razón.
Dernière édition par Alnilam le 16.01.09 20:17, édité 1 fois | |
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Nekkar
| Sujet: Re: Fragmento #43 - Es mi destino 16.01.09 11:13 | |
| Tienen nombre de secta apocalíptica | |
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Alnilam
| Sujet: Re: Fragmento #43 - Es mi destino 16.01.09 13:11 | |
| Ni siquiera ellos eran perfectos... | |
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| Sujet: Re: Fragmento #43 - Es mi destino | |
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