Alnilam
| Sujet: Fragmento #46 - Otra Estrella 17.01.09 23:41 | |
| Sábado, 17 de Enero de 2009 En Sevilla De acuerdo, he aprendido la lección: Soy un detective muy malo, el peor que haya existido. ¿Me vaís a dejar libre? No, creo que no están muy por la labor. Hace unos minutos que estoy despierto, pero finjo no estarlo. Quiero ganar tiempo, estudiar la situación y ver qué probabilidades tengo de salir de esta. Solo hay una salida y junto a ella un tío de casi cerca de dos metros, ¿qué hace aquí? Debería estar jugando a baloncesto, o pateándole el culo a algún chulo a las puertas de una discoteca... Bueno, a mí me ha pateado la cabeza nada más salí del garito. La cabeza aún me da vueltas, y el efecto de la luz, proveniente de un fluorescente en el techo, me provoca fatiga. Estoy nervioso. Tengo miedo. No sé quiénes son esta gente, ni por qué me tienen aquí. ¿Es cosa de Diego? ¿Voy a tener el honor de verlo antes de morir? Tiene toda la pinta, pero el miedo sigu estando ahí. Me encantaría estar con Estrella, volver a ver sus enormes ojos negros, besar sus labios, acariciarle su pelo castaño y largo... Ella es la última cosa que quiero ver antes de morir, si he de marcharme de este mundo que sea con el rostro de la chica más buena y dulce que he conocido en mi vida. Pero, no, no moriré en una cama con dosel y perfume femenino; sino en una especie de sala de interrogatorios de la Gestapo. La mesa metálica sobre la que descanso la cabeza está llena de arañazos y los azulejos que rodean la estancia tienen bastante suciedad acumulada. ¿Dónde coño estoy?
Levanto la cabeza y mi primera reacción, inconsciente, es llevarme una mano a la cabeza. Un pitido agudo, que solo debo escuchar yo, se hace con el control de mis oídos; debe ser a causa del golpe que me han dado. La herida del costado me palpita de dolor. Consigo retirarme de la mesa y levantar mi cuerpo, que parece pesar una tonelada. Me dirigo a la puerta, las probabilidades de escapar son nulas, el tío de la puerta no está dormido, pero tampoco ha hecho gesto alguno al levantarme. Pongo la mano en el picaporte de la puerta metálica y súbitamente, el hombre me coge la mano con fuerza, me mira y soriendo niega con la cabeza. Vale. No voy a morir de brazos cruzados aquí, así que, tendré que hacerlo por las malas. Golpeo con todas mis fuerzas en el abdomen de este individuo sacado de una peli de terror, pero ni se inmuta. Entonces, la puerta se abre y aparece un hombre, menudo, bien vestido, con un traje gris, camisa blanca y corbata azul. Zapatos con hebilla, negros. Su cara, su rostro me dice algo que no puedo poner en pie. Es calvo, con un gran bigote negro, ojos verdes, y una cicatriz en la mejilla izquierda. ¡Dios! Le conozco, el capitán Francisco Francia. Fue mi instructor en el cursillo, en la parte militar, en Zaragoza. ¿Qué demonios hace él aquí? - Ya basta, Jaime. El pobre no tiene la culpa de que estés aquí. - Ya me conoce, capitán, tenía que desahogarme. Por cierto, ¿cuántos petit suisse le dais al día? - Le digo señalando al gorila que me bloqueaba la salida. El capitán sonríe. Nunca recuerdo haberle visto afligido, siempre con una sonrisa. Yo le admiraba, aún hoy lo hago, por su brillante personalidad. Siempre ha habido entre nosotros un vínculo de afectividad, para nada de cortesía. Nos sentamos de frente a la mesa. Él comienza a hablar. - Jaime, escúchame atentamente. Estoy aquí para ayudarte. Estás involucrado en un asunto turbio de seguridad nacional. - ¿Seguridad nacional? - Sabía que la cosa había ido lejos, pero no a la seguridad del país. - Tus amigos, - comienza a explicarme. - están relacionados con gente muy peligrosa. Necesitamos que nos digas todo lo que sabes sobre el asunto. Guardo silencio durante unos segundos y comienzo a relatarle la historia desde el principio. Sé que puedo confiar en él, más que en mi tío, si me cabe decir. - Jaime, quiero pedirte un favor. Deja esto. Deja el caso. Si no lo quieres hacer por mí, hazlo por tu chica. Sé que la quieres. - Señor, ellos mataron a Sara... - Corrección, primero, no hay pruebas tajante que incrimen a Diego o a su banda en la muerte de Sara; segundo, Sara y tú ya habiaís terminado... ¿Por qué vengarla?, ¿es que acaso sentías algo por ella? - Me pregunta con un tono amenazador. - Sara fue importante para mí, algo aprendí de ella. - ¿Qué hay de Estrella? - Estrella... Hace relativamente poco que nos conocemos. Siente algo por mí, pero también puede conocer a otra persona mil veces mejor que yo. Y luego, no sé, algunas veces parece querer comerme a besos y otras... Es como si estuviera cansada de mí. - Te aseguro que si está contigo es porque siente mucho por tí, pero no puedes controlar el futuro, Jaime. No puedes pretender tener algo sólido. Nada es sólido en esta vida. Tú mismo puedes dar buena cuenta de ello, chico. Estuviste con Sara casi tres años y medio... Y soportando algunas circunstancias negativas. Eres un buen partido para ella. - Hace una pausa y me doy cuenta que del asunto en sí hemos pasado a hablar de mi vida privada. - Jaime, dejanos esto a nosotros, que es nuestro trabajo, y disfruta de tu vida. Sal con ella, llévala al cine, cómetela a besos, acuéstate con ella y sé feliz, muchacho. Haz lo propio de un tío de veinte años, no de un hombre de cuarenta y tantos años. Asiento. - Jaime, hay otra cosa. Creo que deberías saberlo. Lo miro extrañado. - Tu tío... Ha fallecido en misteriosas circunstancias en medio de un operativo. Su cuerpo ha sido enterrado al parecer fuera del país, según su última voluntad. - Su mirada me decía que lo volvería a ver. - ¿Qué ha sido de Monsieur Gervase? - No le atrapamos. Pero, por favor, Jaime. Ya no puedes hacer nada por Sara, y francamente, no creo que puedas hacer nada en este caso. Haz el favor de cuidar de tu chica. - Parece muy preocupado por ella, cualquiera diría que es su novio. - Le digo burlonamente. - Tengo derecho a preocuparme por mi hija. - La sonrisa se me ha borrado de la cara. - ¿No? | |
|
Nekkar
| Sujet: Re: Fragmento #46 - Otra Estrella 18.01.09 14:53 | |
| ¿El padre le dice al yerno que se acueste con su hija? Eso sí es ciencia ficción, y de la buena, jajajaajaja | |
|