Fragmento #57 - Adiós

Todo acaba como empieza, y muy difícilmente puedo decir que bien acaba lo que bien empieza. Supongo que eso es una falacia, como aquello, de "vivieron felices y comieron perdices." El asunto ha acabado, supuestamente, tengo que dar gracias a Dios de estar vivo, pero, ¿se las doy a él, o me las doy a mí mismo?, al fin y al cabo, he sobrevivido gracias a aquel maldito año de instrucción militar... Nadie escapa al Destino, de la misma manera, que no puede pretender refugiarme en mis recuerdos más profundos para no tener que asimilar que estoy ante la lápida de Sara, para no tener que asimilar que Sara ha dejado de vivir, de tener esencia... Es muy duro ver que una de las personas que más felices me hicieron, sí y también me hizo pasarlo mal, ha dejado este mundo. Ha emprendido un viaje sin retorno, solitaria, como solitarios ha dejado nuestros corazones.

Es irónico. Ella no me aportó nada, pero aún así la quise. Ella no me enseñó nada en vida, pero lo ha hecho con su muerte. La lucha por ideales acaba pagándose con la vida. Si lucho por esa justicia, yo, mis amigos, mi pareja, mis padres, cualquiera que sea cercano a mí, lo pueden pagar con sangre. Sangre que compensa los beneficios que ellos pierden. Sí, es irónico. Ella, a su manera luchó por mí, por algo que ya estaba roto, ¿estaba roto completamente, o hubiese cedido?, y se dejó la vida en Sierra Nevada. ¿Y yo? Acepté un estúpido juego por orgullo, por defender a Estrella, por nuestra felicidad, pero, ¿de qué me ha servido? La felicidad es otra ironía en mi vida, yo nunca podré ser feliz. Esa es mi condición en la tierra. Vivir a cambio de la infelicidad. El gran científico que ha construido este mundo y nos ha dotado de vida, me utiliza de experimento, seguro que se pasa las horas muertas fraguando un plan. "¿Qué pasaría si Jaime estuviese en esta situación?, ¿qué pasaría si Jaime si tirase por una ventana y perdiese las dos piernas?" Sí, esa es mi vida. Yo tengo un pase, soy consciente de que repentinamente, puedo abandonar mi vida para abrazar a la Muerte, pero, ¿y Sara?, ¿era consciente? Es más, ¿era justo? Creo que nunca lo sabré.

De alguna forma, el día en que corté la relación, acepté perderla para siempre. Bien, misión cumplida, Jaime, ahora la has perdido para siempre, y eres él tío más infeliz que haya visto una madre; soy patético. Tan felices como podríamos haber sido, Sara, tan solo tenías que haber luchado en vida, cuando te di la oportunidad, cuando me puse serio y, sin embargo, ahora sé lo mucho que me querías, que me amabas. Tal vez por el hecho de que no he sabido apreciarlo, he terminado igual que cuando empecé, solo. Este puede ser mi castigo, por no haber sabido valorar tu cariño.

Descansa en paz, Sara, descansa cariño, la lucha ha acabado para ti y escucharás las palabras que tan ansiadamente has buscado.
- Te quiero.
No son palabras que se las pueda llevar el viento, con facilidad, porque tienen todo el peso de mis sentimientos, tal vez, no sirva de nada, pero es una forma de vincularme a ti.

Me vuelvo por donde he venido, lloro y una brisa de frío aire me besa en el rostro. Entonces, sonrío, porque sé que ha escuchado mis palabras.