Fragmento #93 - Una bala al corazón

Según promulga una ley física cuando disparas, a larga distancia, a alguien en el pecho; la bala no acertará, pero herirá al objetivo en el brazo y es que durante las milésimas de segundo que el proyectil utiliza para arañar el aire, el espacio; el mundo ya está en rotación, sigue girando... No hay ciencia que explique como actuamos, y menos aún, que nos diga el por qué, pero todo es aplicable y la ciencia, con sus experimentos, nos podrían servir de ejemplos. Mientras yo he estado preocupado por mi mismo, tan egocéntrico como puede ser la Tierra, esta misma ha continuado su curso, ha continuado viviendo y no le ha hecho falta mi permiso. Ha dejado escapar el tiempo sin tenerme en cuenta.

Estaba seguro de que mi declaración a Alma sería una declaración de guerra en mi interior, elegir entre yo y Sara, pensar sobre yo y Alma y el factor común soy "YO". Era un disparo premeditado durante algún tiempo y cuando el viernes me declaré sabía que había disparado contra mi corazón, sin importarme el daño que en ese momento pudiera ocasionar a Alma, no la tuve en cuenta, continué mirando sobre mi mismo; pero el disparo solo me ha rozado, porque de pronto Sara no es tan importante. Porque de pronto Sara se ha muerto. Murió hace algunos meses. Porque yo estoy vivo. Porque ahora me desvivo por otra persona. Porque quiero a esa persona. Porque me gusta, porque la amo.

Y entonces surge una respuesta. Las leyes físicas no pueden explicar un por qué, porque somos nosotros los que tenemos las soluciones en lo más profundo de nuestras almas...