Fragmento #3 Día del Orgullo Gay

Ayer se celebró el día del Orgullo Gay, algo que muchos disfrutan, pocos comprenden y menos aún respetan. Anoche fui a un concierto aquí en Sevilla y una amiga vino a recogerme. No es que me considere a mí misma la persona más liberal del mundo (que todos tenemos nuestros prejuicios) pero no tengo ningún problema ante los gays ni las lesbianas. (Por cierto, el corrector del ordenador me pone una línea roja debajo de gays, supongo que sólo podrá haber uno por documento Word). En cambio mi amiga sí, no es que los odie ni mucho menos, es que se ha criado en un mundo en que ser así no es que esté mal, es que no existe, y el caso es que la chica lo intenta, de verdad, pero le cuesta. Bueno, que me desvío del tema, el caso es que viene a recogerme en coche al concierto y, tras llevar a una amiga cerca de los remedios, quedamos en acercarnos a tomar una copa. Estábamos buscando aparcamiento cuando, de pronto, da un frenazo. Al recuperar el aliento le pregunté qué demonios le pasaba, y me respondió que la cosa esa de los gays estaba en el campo de la feria y que porqué no íbamos. Acepté en seguida y volvimos a buscar aparcamiento. Veinte minutos después encontramos el lugar donde estaba una plataforma gigante (y no, no es un juego de palabras) sobre la cual estaba cantando Alaska. No nos pudimos acercar y tuvimos que contentarnos con verla desde la lejanía. Lo que si vimos fue su vestido, por llamarlo de alguna manera, que brillaba en la inmensidad de la noche. Molaba mucho, como siempre en ella. Recuerdo escuchar a mi amiga decir ‘’Grr qué asco’’ ante dos chicas que se estaban besando. Nos fuimos al coche, y cuando arrancamos le pregunté.
-¿Y a ti que más te da?
-No sé, es que... es un poco como de repelús, ¿no?
-¿A que con los gays no te pasa eso?
-No, es que es distinto, es como más lejos si son tíos.
-Una vez me metí con un chico de mi clase porque él decía que, ante un maricón había que estar pegado a la pared y yo le dije que era un gilipollas, a lo que él contestó que eso se lo decía porque no era una tía.
-¿Y qué? Yo soy tolerante.
-Sí, y franquista.
-Pero eso es otra cosa.
-Completamente opuesta, faltaría más.