Vega
| Sujet: Fragmento #3 – El síndrome de Stendhal 06.01.09 3:27 | |
| Lunes, 18 de Febrero de 2008 En Florencia La perfección no existe, pero si hay algo sobre la faz de la Tierra cercano a ella, es sin dudas Florencia. Durante estos días he conseguido encontrarme con lo más bello y lo más profundo que tiene el ser humano dentro de sí, quizás una de nuestras únicas huellas que hacen de este mundo un lugar algo mejor. En el interior de Santa María del Fiore, Markus y yo somos conscientes de ello. - Es impresionante cómo un espacio gótico puede reordenarse por completo en torno a un elemento tan clásico como la cúpula.-comento. - No es sólo eso.- explica Markus- Te dejas atrás la parte más interesante, la de su construcción. ¿Sabes la proeza que supuso construir algo así combinando las técnicas constructivas clásicas y góticas? Los historiadores siempre os quedáis en lo visual… Sé que ha sido irónico, pero no deja de tener su parte de razón. No puedes amar lo que no conoces, por mucho que a tus sentidos les resulte hermoso aquello que palpan. Markus me enseña cosas sin las cuales el 90% de este viaje no hubiera sido productivo en absoluto. Y creo que es algo recíproco. Él nunca podría haber disfrutado como lo ha hecho de Botticelli sin saber nada acerca de Plotino, del mismo modo que yo no admiraría tanto la cúpula florentina sin haber conocido la historia y los entresijos de su construcción. Mientras se aleja para observar más de cerca algunos detalles y tomar algunos apuntes, pienso que cada vez hay más turistas y menos viajeros. Markus es uno de estos últimos. Es una suerte que dos personas que vienen a buscar algo más que un par de fotos buenas se encuentren en este amasijo de cultura y japoneses. Alzo la vista y allí sigue, paralizado, con la cabeza hacia arriba y sus ojos azules bien abiertos, igual que su boca, casi en éxtasis, como si contemplando la belleza perfecta de la catedral se sintiera desvanecer. Impresionante. Schrecklich, como él diría. - ¿Te pasa algo, Markus? En un segundo, su cara, bonita y un poco pálida, se vuelve hacia mí. Acaba de bajar de su cielo para encontrarse conmigo. Por un momento he temido que se fuera a marear. - No es nada.-sonríe- Es sólo que… creo que deberíamos continuar con la visita. | |
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