Fragmento #7 - De cómo ver un arco iris

¿En qué ha quedado resumido el mundo? Es una pregunta que me hago mientras me enciendo un cigarrillo esperando a Claudio, mi alumno de Filosofía.

Supuestamente, debería estar feliz por tener a mi vera una chica como Adriana y animado por ese viaje que me ha propuesto, pero sin embargo, no lo estoy. No sé cómo me debería sentir, y es que el asunto con Sara me ha afectado mucho.

Me pongo a pensar, eso es lo peor que puede hacer un ser humano, y cuando creo tener la clave de mi estado anímico descubro que me siento peor. Ahí está de nuevo, la pugna entre corazón y mente...No la ganaré. Estoy solo, nadie me puede ayudar, nadie me puede socorrer de este abismo que es mi vida... Pero no es cierto, tengo un cigarrillo, el Cigarrillo, cuya esencia reposa en mis entrañas al igual que tanta gente afirman llevar a Dios o Superman en su interior. No sé, a lo mejor debería rezar un poco, con suerte hallaré una respuesta.
"Cigarrillo mío que estás en los Cielos/ Santificado sea tu nombre..."
Me río. Me estoy volviendo loco. ¿O me estoy volviendo como el mundo?

Suena el timbre, ese es Claudio. Le grito que la puerta está abierta mientras termino con el ritual del Cigarrillo.

Claudio es un buen chaval que se va a preparar para la leyenda, devoradora de estudiantes, de Selectividad. No lo lleva mal, solo le he dado unos truquillos en lo que a Filosofía se refiere. Pero, me doy cuenta y en anteriores clases se lo he mencionado, que él no tiene ni idea de la materia, solo le han enseñado cómo pasarla. No dejo de pensar que en el caso que yo hubiera seguido con Sara, donde la vida sería un arco iris, le habría dicho que sus estudios no son Filosofía, solo son una treta; pero Dios, el Destino, el Cigarrillo... Quisieron que no, que mi vida fuese negra, por lo que, me da igual lo que haya aprendido Claudio. Si hay gentes que comparan películas exitosas con las teorías de Platón y aprueban, ¿por qué no iba a aprobar él?

Lo curioso es que aprueban los cinéfilos y no los que dicen la verdad en cuatro palabras. ¿Filosofía o trágica realidad? Mi corazón se entristece aún más en tanto que no puede dejar escapar sus lágrimas de disgusto, desaprobación... Todo es una mentira.

- Jaime, tengo una pregunta. - Claudio se da cuenta que aunque físicamente esté con él, espiritualmente no, por ello espera a que mis ojos le miren. "Bien, Claudio, me has sacado de mi cuerpo, espero que sea algo muy importante o lo vas a lamentar." Me estoy convirtiendo en un asesino filosófico, necesito un psicólogo.- Verás es que la cuarta pregunta del examen me piden que compare las posturas filosóficas de dos autores o con el mundo real. - Asiento. - Entonces, me preguntaba si...
-Sí. - Le interrumpo. - Puedes compararlo con esa peli que no entiendo. ¿Cómo se llama...?
- ¿Mátrix?
- Esa.
"Genial, seguro que apruebas."
- Es que conozco un caso personal y me preguntaba si lo podría poner.
- Hombre, si sabes que tiene que ver con el tema, sí.
- Es el tuyo, Jaime.

No había caído en eso y es la primera vez que me doy cuenta que un episodio negro de mi vida va a servir para salvarle un examen a un chaval, que solo piensa en chicas y fútbol. Pero lo odio porque lleva razón, mi relación con Sara hubiera sido maravillosa, ejemplar si ella hubiese sido de otra manera conmigo, sino me hubiera dejado escapar; toda era propicio por mi parte, le dí el cien por ciento de mi ser, pero no era suficiente, o ella no aportaba nada. Vivir una mentira, como sembrar una planta en el mundo idealista de Platón. Pero la muerte existe, y la mentira, y la infidelidad, y la traición, y la envidia... Eso es lo que nos hace humanos y, por tanto, en seres dignos de las desconfianza. No somos ideales, sino idealistas, yo el primero y quien me quiera buscar me encontrará en un paredón, un día de estos.

Me levanto de la silla, y abro un cajón lleno de películas. En el fondo encuentro una que se titula "Blancanieves xxx", se la entrego a Claudio y él me mira con una mezcla de humor e incredulidad.
- Llévatela, es un regalo. Ahí encontrarás toda la Filosofía del mundo.
Ahora me mira extrañado, seguramente estará diciendo que he perdido la cabeza, no lo sé, es una probabilidad.
- Que sepas, chaval, que tienes en tus manos la respuesta a la que se resume el mundo. La clase ha concluído.