Fragmento #10 No hay nada como el hogar

Nunca había entendido mejor a la Dorothy del Mago de Oz. No hay nada como el hogar, señores. Ayer volví a ver esa película por vez número trescientos(mil) aproximadamente, y me di cuenta de las similitudes de su aventura viajera con mi verano en la playa. Dorothy (o Dorita, como la bautizaron en español arrebatándole a la pobre Judy Garland cualquier rastro de respeto) tiene como compañeros a un espantapájaros sin cerebro, hombre de hojalata sin corazón y un león sin valor. Pues bien, yo tengo a mi amiga Marta, a Matthew y a Eu. Para cualquiera que los conozca las similitudes son obvias. Mi querida Marta es muy dulce pero idiota hasta puntos desconcertantes; está enamorada ‘’en secreto’’ de un chico con novia. Matthew (ese chico, por cierto) ha sido capaz de traer a su timidísima novia con nosotros, de presentárnosla y en cuanto ella se fue, de enrollarse con Marta de manera irremediable. El tercero, Eu, también tiene una novia, en la ciudad donde estudia, él no la quiere pero le da pena dejarla, y así siguen, desde diciembre. Mi querida Marta necesita urgentemente un cerebro para darse cuenta de cuándo la manejan y la utilizan, Matthew necesita un corazón para no serle infiel a su novia, y Eu necesita valor para dejar a la suya.
Y yo sólo necesitaba, después de estar tanto tiempo con ellos, volver al hogar.

Si esto fueran las Crónicas de Narnia, sólo necesitarías un papel para el armario xD