Alnilam
| Sujet: Fragmento #35 - Duelo a la antigua 06.01.09 17:13 | |
| Martes, 30 de Diciembre de 2008 En Sevilla Justo a la salida me encuentro con un atasco interminable. Menos mal que me ha dado por salir un día antes, me digo a mí mismo para consolarme. La radio emite sus canciones, pero para mí solo es una voz ya que tengo la cabeza en otros menesteres. Estoy pensando en mi impresión al encontrarme este coche en el garage, y del equipo de esquí que me encontré en el maletero.
Les dije a mis padres que había sido invitado a la fiesta de año nuevo en Sierra Nevada, aunque no les gustó mucho la idea, aceptaron finalmente y mi padre, con una sonrisa maliciosa me dijo que le diese recuerdos a Elena. Pobre Elena. Fue lo mismo que dije cuando empecé a prepararme una pequeña maleta, con la ropa suficiente para los tres días... También recuerdo que mi hermano se puso insoportable intentando cegarme con un láser. ¿Cuándo dejaron de ponerse de moda? Me echo a reir cada vez que recuerdo la cara que se le quedó cuando con una llave, que me enseñaron, le arrebaté el láser. En ese momento, mi hermano desapareció. Me palpo el bolsillo del pantalón y compruebo que tengo el láser. Lo saco y lo miro. Juguetes. La cola parece moverse, dejo el láser en el asiento que tengo al lado y pongo los cinco sentidos en la carretera.
El viaje se me hace largo y aburrido, fatigoso. Toda la gente que había a la salida y ahora no hay nadie. Debo de estar haciéndome mayor, porque siempre me ha gustado estar solo, o debe de ser que echo de menos a Elena. La pobre me ha estado acompañando durante todo este tiempo y ahora no me hago a la idea de que no esta. Pero también intento pensar en que volveré a ver a Estrella, eso me ilusiona un poco. Eso sin tener en cuenta que Sara también estará presente... Casi que mejor no aparezca Elena, la verdad es que con tres ya tengo que me... - Pero, ¿qué coño...? El coche que está detrás mía me pega un golpe. Es un chaval joven que por la pinta debe de ser un cani. Intenta adelantarme por la izquierda, invadiendo el carril contrario en un momento en el que no había vehículos por él. Me ha jodido el orgullo y acelero para no dejarle pasar, y entonces, me doy cuenta de lo equivocado que estoy. El muy hijo de puta no se ha metido por la izquierda para adelantarme sino para sacarme de la carretera. Me echa el coche encima y siento el impacto en la puerta trasera. Acelero, al tiempo que el vuelve a la carga, y el segundo impacto da en el lateral del maletero. Creo que la ropa no me llega al cuello. Meto la tercera marcha, lo dejó atrás y sin perder tiempo, el muy cabrón vuelve a la carga; se me ocurre una idea que pongo a la práctica enseguida. Freno y él choca conmigo desestabilizando el vehículo. Continúo mi marcha a gran velocidad, y veo que él retoma el control, no obstante, yo ya estoy a verios metros de él, estoy lejos. Respiro hondo y me quedo tranquilo. ¿Por qué me ha hecho eso? Es una lástima que no le haya podido ver la cara...
En ese momento, el mismo coche se me cruza obligándome a frenar bruscamente. Aparece de la nada, debió de ganar velocidad campo através hasta cruzarse conmigo de bruces. Gracias a Dios, no me quedo con el freno, sino que además giro en sentido contrario, con la idea de evadirme de mi perseguidor. Pero mi reacción es tardía, él acelera y se pone delante mía. Vuelvo a girar a la izquierda y me pongo en mi carril, pero es inútil, vuelve a ponerse delante... Este quiere matarme aquí mismo. Y entonces, surge el milagro. Parece ser que se marcha de veras. Acelera y se esfuma en una curva a varios metros. Todo queda en un simple susto. Voy cruzando la curva y llego a una pista lisa y larga, ahí esta él. Esperaba demasiado de un cani. Es más esperaba que fuese inteligente, el muy hijo de puta acelera por mi mismo carril en dirección contraria. Va a toda velocidad se estampará conmigo. Algo brilla en la moqueta del coche, ¡es el láser! Lo cojo al instante y me dirijo a toda velocidad contra él, reacción que seguramente no se espera.
Todo transcurre en unos segundos en los que el tiempo parece detenerse para la puesta en escena de los dos automóviles. El cani no desvia la dirección del coche, pero yo tampoco lo hago, solo a unos cinco metros de distancia, enciendo el láser a la altura del conductor esperando que sirva de algo, pero nada, el coche sigue avanzando contra el mío y ya no son cinco, sino unos tres metros escasos. Mantengo pulsado el botón mientras voy a girar el volante, pero algo ocurre, el cani pierde el control de su coche y se pasa, sin quererlo, al carril contrario y lo atraviesa hasta quedar fuera del asfalto. Finalmente, choca contra un árbol. - Mira que le pregunté si el coche tenía misiles. Reemprendo la marcha. Pensando si el cani tenía algo que ver con el asunto que me lleva a Sierra Nevada y mi mente, o una parte de mi consciencia me advierte de que el coche al que acabo de dejar fuera de la circulación, es el mismo que intentó atropellar a Sebas en Sanlúcar. Nada es casualidad. | |
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