Fragmento #56 - Nunca fuimos pareja

Cuando al hacer la compra vuelves cargado de latas de cerveza, intuyes que tienes un problema. Un problema muy gordo. Cruzo la calle Feria cargado de bolsas a más no poder, intuyendo el chaparrón. Hasta el cielo está gris. De estos días no se salva ni el cielo.
- ¡David!
Me giro. Claro, ¿cómo no voy a girarme? Miro detrás mía y por fin la veo, moviendo la mano de un lado a otro.
- ¡David!
- Ah, hola, Mamen.
- Tío...¿cómo estás? ¿qué es de ti?
- Yo...
- Te habré dejado como cien mensajes en el móvil, no contestas, nunca tienes el móvil encendido...
- Pero...
- Fui a tu casa y tu compañero de piso me dijo que no te veía desde hace varias semanas. Estaba preocupada, a punto de llamar a la policía.
- He estado liado...
- ¿Pero dónde? Podrías haberme dado señales de vida.
Así es Mamen. Haberme, decirme, quererme, llamarme. Me, me, me. Puto ego. No entiende que hay vida más allá de sus brazos. Bueno, ¿hay vida?
- ¿Por qué iba a hacerlo? - la he descolocado. Ahora sí. No sabe a dónde mirar.
- Bueno...tú y yo...estamos juntos, ¿no? Somos pareja.
- No.
Breve silencio. Dejo las bolsas en el suelo. Esto parece complicado.
- ¿Cómo que no?
- A ver, Mamen...ha sido divertido. Pero yo nunca he buscado nada serio. No estoy enamorado de ti. No lo estoy.
- Ah.
De la preocupación ha pasado a la frustración. Eres un monstruo, David.
- Lo siento - recojo las bolsas. O esto se ha acabado o me va a montar una escena. En cualquier caso, no nos queda mucho tiempo por delante.
- Pero yo pensaba... - le tiemblan las pupilas.
- Lo siento si te he hecho pensar lo contrario.
Me doy la vuelta. Doy un par de pasos, pero la escucho otra vez.
- Dime al menos dónde has estado.
Me vuelvo. Me mira con una infinita curiosidad y una tremenda tristeza. ¿Sólo quiere saber eso? ¿Qué es lo que realmente le duele? Tal vez no lo sepa ni ella. Tal vez ni siquiera le importe, y sólo quiera saber que me tenía en sus manos.
Sonrío.
-En el infierno.