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 Fragmento #54 - El Escorpión

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2 participants
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Alnilam

Alnilam



Fragmento #54 - El Escorpión Empty
MessageSujet: Fragmento #54 - El Escorpión   Fragmento #54 - El Escorpión Empty03.02.09 22:54

Lunes, 2 de Febrero de 2009
En Sevilla

Aire. Me falta aire. No sé cuánto tiempo llevo corriendo, sin parar. Me duele el pecho cada vez que intento respirar hondamente. Pero, la asfixia solo es la parte física, la parte fácil; hay otra cosa que me duele y es el alma. Tengo el alma que me llora por haber sido un hipócrita, por no haber sido capaz de aprovechar la oportunidad que estaba buscando desde hacía mucho tiempo... Y como el aire, que a mi me falta, se marcha sin mirar atrás. Soy un cobarde y sí, tengo mucho miedo. Necesito abrazar a alguien, necesito que alguien me escuche, pero seamos realistas, ¿quién coño se iba a creer mi historia? He vuelto a caer en el mismo error que cometí hace... ¡Dios! Parece que ha transcurrido una eternidad desde aquello, he vuelto a jugar a ser un superhombre, un héroe capaz de cambiar el mundo, intentando no mostrar miedo ante la escoria de la sociedad, pero no soy yo el responsable de barrer a esa escoria, definitivamente, no puedo cambiar lo que el escritor de mi vida me destine. Ni el mío, ni el de las personas que me rodean.

Tanto tiempo esperando que mi frialdad y mi mentalidad objetiva actuasen en función de las circunstancias y lo dejé escapar. Los críos de la discoteca me llevaron a un piso de mala muerte, en un barrio de mala muerte. Un lugar donde una novia cobra por horas, un lugar donde tus amigos se cuentan por tu dinero. Podría haber acabado con estos dos pringados en la discoteca, ¿qué es una navaja comparado por todo lo que he pasado? Pero me dejé llevar. Sabía que esta gente debían de estar como locos por trincarme, pensaban más en el mérito que recibirían que no en lo que estaban llevando a cabo. Y todo se resume a eso, una habitación, con una mesa, restos de comidas, jeringuillas en el suelo... Y todo acompañado por la fría correa del cinturón de Martínez, cuando me ataba a la silla; y a la banda sonora que es la voz nerviosa de "Como te de". Seguramente, pensaron que habían hecho un gran trabajo, no quería tampoco darles la mala noticia de que tan solo hice un vago intento y la correa se aflojó un poco.

Poco tiempo después llegó Diego, alias El Calavera. Sonríe cuando me ve atado, pero es algo fugaz, cuando ve que me he desatado. Ya sé que es fuerte, así que me avalanzo sobre él y le golpeó sin cesar. Los otros dos párbulos querrán cogerme por detrás y no me equivoqué, los chillidos histéricos de Como te den y sus manos, temblorosas, sujetando una sartén hacen que me incline para evitar el golpe que, afortunadamente, se llevó el cabrón de su novio. Creo que ya es muy tarde para que la niñata este armando tanto revuelo, así que le partí la cara y se cayó redonda. Vuelvo con Diego. No me hizo falta decirle nada y contestó.
- No fuí yo.
- ¿Quién fue?
- No lo sé, Jaime. Te juro que no lo sé.
Me pregunté para qué cojones le servían los músculos, para qué esa chulería... ¿Para qué cojones naciste, cabrón? ¿Para quitar vidas ajenas? ¡ No mereces vivir! Le cogí el dedo meñique y se lo rompí. Se retorció y gritó como un niño chico, pero yo no cedí, no; casi disfruté viéndole sufrir. Y tuve que conformarme, porque le rompí tres dedos de la mano derecha y siguió diciéndome lo mismo. No fue él y tampoco sabía quién.
- ... Yo solo necesitaba la pasta, Jaime, la gente con la que yo trabajaba le dieron buenas referencias al francés y este me empleó. Me serví de algunas viejas amistades para el comercio de sus drogas y quise también complicarte la vida. Se me ocurrió hacerte el tío más inféliz del mundo obligándote a quedarte con Sara para siempre, pero nunca se me ocurrió de matarla.
- ¿Y sí te dio por intentar quitar de en medio a Sebas?
- Sebas era un peligro, interfirió en mis planes. Yo solo lo quería de señuelo y como mano ejecutora para hacerte daño. Lo torturaba haciéndole pensar en todo lo que hiciste. - Diego comenzó a reirse. - Deberías haberle visto la cara.
Le partí otro dedo y la risa se terminó. Escuché unos parásitos en la oreja. Era el auricular.
- Ya le tenemos, Jaime.
No, no le tendrán nunca. Me propuse romperle el cuello. Pasé mis manos alrededor de su cabeza y cuando quise darle el tirón, me acordé de Sara, de mis padres, de las palabras de Francia, de Estrella... Ellos lo son todo para mí, ellos han estado ahí y ahora yo voy a quitarle la vida a este hombre, que hipócrita, quiero matar a un hombre que mata, tendría el mismo derecho a vivir que él. Pero, Sara... Sara, cariño, ¿qué tengo que hacer? Y como respuesta, Francia entró...

Y yo entro en la casa de Elena, en cuyos brazos pierdo la consciencia, sabiendo que estoy a salvo... Sea cual sea mi destino.


Dernière édition par Alnilam le 06.02.09 23:49, édité 1 fois
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Nekkar





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MessageSujet: Re: Fragmento #54 - El Escorpión   Fragmento #54 - El Escorpión Empty04.02.09 0:25

Alnilam a écrit:
Un lugar donde una novia cobra por horas, un lugar donde tus amigos se cuentan por tu dinero.
Me encanta esa frase :cheers:
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Fragmento #54 - El Escorpión
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