Alnilam
| Sujet: Fragmento #64 - El Consolador 23.02.09 21:19 | |
| Domingo, 22 de Febrero de 2009 En Sevilla Siempre he dicho que cada persona es un mundo entanto que buscamos consuelo, en ocasiones, en la personas que precisamente no nos pueden ayudar. Nadie de todos los contactos que tengo podría ayudarme en caso de necesitarla, bueno, ¿para qué engañarme? Necesito que alguien escuche mis penas, que alguien me arrope con un manto de palabras tranquilizadoras, que me abrace y me diga "esto aquí, contigo". Sin embargo, la gente confía en mí y me utilizan de paño de lágrimas. El Consolador. Ese soy yo. Así que, tras la llamada de anoche a las tantas, de Elena llorándome y diciéndome que me tiene un regalo, me hace escamar, pero lo del regalo... ¿Cómo decir que no? Quedamos en vernos en el Nervión, en una cafetería oculta por los grandes centros comerciales de la zona.
Como siempre su puntualidad hace que me sonroje cuando veo que he llegado cinco minutos tardes. Dos besos, todo comienza bien. Una sonrisa, un "¿qué tal? Muy bien, gracias". Fantástico.
Nos sentamos fuera, en un velador, la cafetería esta a reventar y la temperatura es muy agradable. - Tu regalo. - Me dice tendiéndome el paquete. Se me cae el alma cuando lo desenvuelvo y es el libro de James Bond que llevaba buscando desde... He perdido la cuenta. - No puedo aceptarlo. - ¡¿Qué?! ¿Qué estás diciendo, maldito perro infiel? Ella cambia su sonrisa por una mueca de incomprensión. - Creía que te gustaban las novelas de... - Y me gustan, - la corto tajante. - pero nadie, por muy buen amigo mío que sea, me regalaría un libro por pura cortesía, teniendo en cuenta la economía de los estudiantes. - Eres muy desconfiado. - Es posible. Pero me enseñaron a desconfiar y vivir más. Por fin viene un camarero que nos toma nota. Se marcha tal y como vino. - Jaime, ¿qué te pasa conmigo? - Nada. ¿No puedo pensar mal de una persona que quiere hacerme un regalo por mi cara bonita? - Tienes razón, Jaime. - Vaya, se desmorona. - Necesito tu ayuda. - Elena me vas a decir que estás enamorada de mí, como tantas veces me has soltado con tus absurdas indirectas. Y yo... Me temo que soy una persona solitaria. No estoy hecho para nadie, porque nunca nadie sabrá valorarme lo suficiente, ni me llegará a querer como yo a ella. ¿Comprendes? - No es eso, Jaime. Se trata de Sebas. - ¡Oh, no! Ya empezamos de nuevo. - Estamos juntos. La respuesta me pilla por sorpresa. Y me demuestra que yo siempre estoy pensando en mi mismo. - Bueno, eso es genial. ¿No? - No, Jaime, - ya no se molesta en ocultar sus lágrimas, lo mismo me da hasta pena. - el problema no es ese. Él quiere marcharse del país, para continuar con su vida... - ¡Ah! Ahí está el kit. - Y si lo hace, ¿dónde entro yo? Son un montón de cosas que me amargan la existencia y necesito ayuda, Jaime. No soporto la idea de que se me vaya con otra. - Pero siempre tendrás esa incertidumbre, "Lenita". - Esta frase vale ya el precio del libro que me ha regalado. - Jaime, temo porque me deje tirada. Porque se vaya del país, de fin de curso, de máster o lo que quiera vivir allá. Temo porque sé de algunas de sus amistades que no fueron buenas con él y ahí están... - Bueno, bueno, y ¿qué puedo hacer yo? ¿Quieres que me ponga como un detective detrás de él? Eso solo te haría más daño a ti, preciosa. - Aquí ya he sobre pasado el precio. - Si aceptas un consejo te diré que te dejes de chorradas y que hagas el amor. Llénate y disfruta. Y llora cuando llegue el momento. - ¿Dónde está el Jaime que conocí? Esa no es tu forma de actuar. - El Jaime que conociste murió con Sara. - Al final, sin comérselo ni bebérselo, la pobre Sara se llevó lo mejorcito. Me levanto del asiento, la miro de arriba a abajo. - Lo siento, Elena, no puedo ayudarte. Tan solo, que lo mismo que él te lo puede hacer a ti, tu se lo puedes hacer a él. Te pongas como te pongas, ya puedes tener todos los proyectos del mundo de boda, hijos y viajes que en la mayoría de los casos no se cumplen con la persona con la que estamos. Y las infidelidades, bueno, ¿las puedes controlar?, ¿podrías controlar las infidelidades de tu Sebas?, es más, ¿puedes controlar las tuyas? Imagina que un día sales de marcha y un chaval te pone a mil por hora, unas palabras, una cosa lleva a la otra y os lo montaís en el baño de la discoteca. Y entonces, ¿qué? ¿Has dejado de querer a tu noviete? ¿Se ha enterado él de tu aventura? Seguramente se enterará cuando descubra que no puede pasar por el marco de la puerta. - ¡Eres un monstruo, Jaime! No sé cómo te ha podido afectar la muerte de Sara cuando no tienes siquiera corazón. Se marcha entre la ira y la melancolía, probablemete, hoy lo pague con su novio. Bueno, ¿qué puedo hacer yo? Además, esto le va a venir bien a los dos, dicen que el polvo de reconciliación... Pero hay algo que he dicho que me ha dejado una duda, ¿qué es? ¡Ah, sí! Los planes de futuro, ¿se cumplen alguna vez con la pareja que tenemos en el momento de hacerlos? No, creo que no. Con lo cual, nos quedamos un poco más solos en la vida terrenal.
Alzo el vaso hacia el cielo azul, guiño un ojo y bebo. Va por ti, Sara. Por ti y por ese mundo en el que vives. | |
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Nekkar
| Sujet: Re: Fragmento #64 - El Consolador 23.02.09 23:42 | |
| Éste de consolador poquito... | |
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Alnilam
| Sujet: Re: Fragmento #64 - El Consolador 26.02.09 14:07 | |
| Nadie es perfecto, nekkar xD | |
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| Sujet: Re: Fragmento #64 - El Consolador | |
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