Alnilam
| Sujet: Fragmento #67 - El rostro y la voz de la silueta 27.02.09 15:42 | |
| Viernes, 27 de Febrero de 2009 En Sanlúcar de Barrameda - Elena pasó la noche conmigo. Está mal, la conozco desde hace tiempo y nunca la he visto como ahora. Tal vez fuí demasiado duro con ella, demasiado realista, me sentí como aquel que le dice a los niños que los Reyes Magos no existen. Y a pesar de nuestro asqueroso materialismo, de lo profusamente realistas que somos, en ocasiones, necesitamos nuestras ilusiones. Creer y amar sobre lo que hacemos. - Me humedezco los labios. - Sara, le dije que ella y su novio no iban a llegar lejos. Y aunque mis palabras sean certeras, creo que nadie merece que le digan eso. Ayer no hablamos, tan solo nos abrazamos hasta que el sueño nos dominó. Pero sus lágrimas lo decían todo. Ahora necesito saber que no me he equivocado, como lo hice contigo, mi amor. Probablemente si estuvieses aquí, conmigo, no me dirías nada como en tantas ocasiones, pero al menos tendría dos oídos que me comprenderían y quién sabe si hasta una mano en el hombro que me incitase a pensar que tengo a alguien en quien apoyarme. Sara, yo...
Me tiemblan las piernas, la cabeza me da vueltas, los ojos no se concentran en un punto fijo... El cielo que hasta ahora era gris ha adquirido una tonalidad rosacea. Me entran arcadas pero no hay flujo alguno. Los párpados me pesan. Tengo frío y no siento el fluir de la sangre, tan solo escucho los débiles latidos de mi corazón. Me siento frente a la lápida de Sara, me quito la corbata y me desabrocho la camisa para dejar paso al aire que me azota el pecho. Pero nada funciona. Comprendo que la Muerte me espera, que está aquí, acechándome en su propio territorio y si me quiere, ¿por qué no le voy a dar ese gusto? Aquí me tienes, cariño mío. Haz conmigo lo que te venga en ganas. Porque soy tuyo y no pienso escaparme a ti, aunque me hayas dado toda una vida para pensar en cómo librarme de ti. TE QUIERO. TE AMO. Ven a por mi.
Algo me dice que todo es tan fácil como cerrar los ojos y efectivamente es así. Cierro los ojos, contento porque me voy a reunir con Sara, y ya nada parece importante. Una sensación de felicidad me invade el cuerpo, una voz me dice que descanse. "Descansa, mi niño" Y me siento completamente relajado. Imperturbable. Pero no veo a Sara, ni veo a ese ángel de guadaña en mano. ¿Dónde están? Una voz de mujer me grita, no sé muy bien qué es lo que dice, pero me molesta. Sigo sin ver a nadie, será que esa mujer está viva y la escucho porque la audición es lo último que se pierde, o eso dicen. Parece que han pasado años cuando abro los ojos y veo que una chica me está sosteniendo la cabeza. Y me frota el brazo con agua fría. ¿Quién es? Sé que la conozco. - Tranquilo, tranquilo. Te has desplomado sin conocimiento, probablemente por una bajada de azúcar. - ¿Sara? - Toma, chupa esto, es un chupachups. - Me lo introduce en la boca. Y siento que el calor se apodera de mí. - Eso es, chico, estás recobrando el calor en el cuerpo. Estabas helado y sin sangre.
Maldita hija de puta estaba a un paso de volver a estar con Sara y me tuvo que meter un puto chupachups en la puta boca. ¿Por qué no me has dejado morir, zorra? ¿No ves que mi vida es un calvario? Y tú, Sara, ¿por qué lo has permitido? La chica no es Sara, es la del viernes pasado. Nunca pasa por aquí y hoy tenía que hacerlo. Me voy incorporando lentamente. Tiro el chupachups al suelo y me seco el brazo. Le lanzo una de esas miradas asesinas. - ¿Qué, estás contenta por haberme salvado la vida? - Le pregunto con una sonrisa irónica en los labios. Ella me mira incomprensiva. - Pues ya puedes ir a tu mamaíta a contárselo. Dile, mamá he salvado a un "chico" depresivo en el cementerio. Va a llorar y con la voz quebrada por el nudo que se le ha formado en la garganta logra decirme. - Mi madre murió hace mucho tiempo. - Genial, Jaime, ahora sí que la has hecho buena. Seguramente, su madre era una puta que se quedó preñada en primero de carrera y como no soportó la tensión se suicidó. Estoy tentado de preguntarle de qué murió, pero, ¿para qué? No me importa, en absoluto, el sufrimiento de esta mujer. Ya tengo el mío. - Piérdete. Y la próxima vez que me muera no intentes salvarme.
Me voy del lugar tan ofuscado que me olvido de despedirme de Sara, además la chica se había quedado allí de rodillas junto a lo que me fue mi lecho de muerte. Esa es mi particular forma de actuar, una mujer joven que se ha desvivido por ayudarme, por salvarme la vida y no por quedarse impasible viendo este lamentable espectáculo. Y yo ni siquiera le he dado las gracias.
El móvil vibra. Un mensaje. De Joaquín. "Fiestorro mañana". ¿Es una oportunidad de agradecer a esta mujer lo que ha hecho por mi hoy?
Dernière édition par Alnilam le 09.03.09 21:28, édité 2 fois | |
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Nekkar
| Sujet: Re: Fragmento #67 - El rostro y la voz de la silueta 28.02.09 17:09 | |
| ¿Jaime no sabe que es de bien nacidos ser agradecidos? ¬¬ | |
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