Fragmento #81 - Indiferencia con Murphy

Murphy. Curioso nombre para una ley. ¿La inventó Eddie Murphy?, ¿quién sabe? De todas formas, no es algo que mucha gente se vaya a plantear, así como nadie se preocupa de la supuesta levedad del ser. Personalmente, la ley de Murphy solo me afecta cuando sucede; y aunque era solo una maldita cuestión de tiempo que la viese por la facultad, quiero echarle la culpa a Murphy y la puta de su madre que lo trajo al mundo; porque aquí me tiene, ante la última chica en la que he puesto todos mis buenos deseos, mi amor... Mi vida. La última chica que me ha robado el corazón y lo ha hecho trizas.

Sabía que pasaría, pero, no sabía cómo respondería. Por Dios, cómo debo responder. Podría pasar por su lado indiferente y si me llama por mi nombre, soy sordo. Sin embargo, no es eso lo que quiero. Se merece lo peor y, no obstante, no quiero tratarla con indiferencia.
- ¿Está ocupada, Tigretón?
- No.
Besos fríos y cálidos.
- ¡Cuánto tiempo?
- Una semana. - Respondo.
- ¿Has salido mucho con tus amigos?
- No lo suficiente. - Aclaro. - Es que no tengo amigos.
- ¿No tienes? Creí que yo era tu amiga.
- No confío en los amigos, cuando menos te lo esperas han cogido el coche con otro.
- No te vi antes de Semana Santa. Creí que el viernes te vería por allí.
- Fuí más tarde.
- No querías verme, ¿eh? - Me comenta con sorna.
- Es... Curioso que digas eso. - Respondo con un deje de ironía. - Fuí más tarde y no te vi, supuse que o bien te habías ido, o bien...
- ¿O bien qué?
- O bien quedaste con alguien.
- El viernes no quedé con nadie. Podríamos haber quedado y habernos tomado algo.
- Alma, aún no domino la telequinesia. No tengo tu móvil.
- Espera, - me dice sacándose el móvil del bolso. - ten para la próxima vez...
- Lo siento, Alma. Dámelo otro día "para la próxima vez", tengo prisa y tu novio, seguro, que te espera para recogerte.

Por eso no quería la indiferencia, es un golpe duro y sucio.