Fragmento #114 - Ayuda desinteresada

Sé que la decisión les va a desagradar pero más desagradados que están… Aún así, no sé si por temor, o por respeto, decido hacerlo en secreto. Marco un número de teléfono.
- Exportaciones y Importaciones Sociedad Anónima, ¿en qué puedo ayudarle?
- Quisiera ver sus instalaciones en Francia.
- No cuelgue, por favor.
Al momento, me saluda la voz del capitán Francisco Francia.
- Creí que te dije que me llamaras al móvil.
- Debes de tenerlo donde debes, sólo sale tu buzón.
- ¿Qué quieres?
- Tengo un problema.
- Debe ser grande para pedirme ayuda.
- Como el bombo de una chica de nueve meses.
- ¿Algún crimen que quieras confesar, Jaime? Y yo que creía que eras republicano y resulta que haces el amor para procrear. ¿Te has vuelto católico?
- Digamos que me he hecho… Devoto del trabajo.
- Buscas trabajo, ¿eh? Bueno, dado que has hecho abuelos prematuramente me venía muy bien un yerno que cuidase de Fidel Mantero – hace una pausa – No, no, Jaime. No puedo ayudarte a encontrar un trabajo en la agencia. ¿Has buscado en el Cambalache?
- Sí.
- ¿Y bien?
- Sólo he encontrado esquinas libres para hacer la calle – me controlo – He enviado mi currículum a Carrefour, necesitaban a alguien que cubra una vacante, pero no tengo la licencia. Eso sí, el que llamó dijo que el jefazo quería que fuese yo.
- Algo podremos hacer. Dame el día de hoy.
- Voy a abusar de ti, pero necesito otro favor. Tengo muestras del ADN del niño y mías…
- ¿Cómo? ¿Que el niño ya…?
- Sí. Contrástamelas, por favor. Necesito saber que soy su padre.
- Bien. De acuerdo. Acércate mañana por la mañana a casa y déjaselas a Estrella.
- ¿A Estrella? – a caballo regalado… - Vale.
- Suerte.
Colgamos. Mi hermano entra en la habitación como alma que lleva el diablo, busca algo en el armario y lo deja abierto. Suspiro y voy a cerrarlo cuando veo de refilón la portada de un libro de James Bond. Sonrío y creo que la historia me va a salir bien.