Fragmento #73 - Cuando Perry Mason entra en escena

Un espacio insonoro abarca, en ocasiones, mis oídos, permitiéndome retroceder en el tiempo. Una especie de estado de coma, con los ojos abiertos, que me transporta lejos de la voz de Joaquín, por teléfono. Pero al igual que ese hilo musical que se escucha algunas veces y que desaparece, dejándonos en lo mejor de la canción, pierdo la visualización y encima no puedo recordar qué era. Seguro que era mil veces mejor que lo que me esta contando este marica.
- ¿...Qué opinas?
- Pues que tienes toda la razón.
- Bien, se lo diré a los chicos y nos pondremos manos a la obra.
¿Qué chicos? ¿Es que acaso me va a llevar a un puto garito de ambiente?
- Mañana... - Parece que no se atreve a preguntarme. - ¿Mañana vendrás?
- Siempre lo hago. Todos los Viernes.
- Quiero recordar que uno de esos Viernes no viniste. - Ya empieza el puto cotilleo.
- No, no fuí.
- ¿Por qué?
- Lo siento, Joaquín, me están llamando para merendar.
- Lo siento, Jaime, no pretendía ofenderte.
Ya... Joaquín me anima mucho, la verdad; pero no me inspira demasidada confianza, la suficiente como para no darle detalles de mis acciones. ¿En quién confías, Jaime?
- Por cierto, Jaime, nos vemos en el bar mañana, ¿sobre las doce?
- Sí, claro.
- ¿Puedo llevar a una amiga?
No contesto.
- Es que me pilla de camino para recogerla.
- Está bien. - Le respondo poco convencido.

Por algún motivo una escena vuelve a mi cabeza, una escena con cierta protagonista y una canción... ¡Dios! ¡El tema principal de la serie Perry Mason!