Domingo 6 de Septiembre de 2009
En Sevilla
Me duele la cabeza, los pies y las manos. No puedo dormir. Son casi las siete y medie de la mañana y sigo dando vueltas en mi cama. ¿Y sabes por qué? Por ti. Sólo y exclusivamente por ti. Acabo de conocerte y ya siento que no puedo separarme. Somos muy diferentes peo, en esencia, somos iguales. Dos juerguistas, dos reyes de la noche.
Hoy no tenía preparada ninguna maniobra ni truco para seducirte, no me has dado tiempo. Necesito verte porque siento que ahora no puedo vivir sin ti. Una semana, nos queda eso para volver a vernos. No puedo esperar.
¿Te gusté o fue solo zalamería?
Yo ya pienso en que seamos pareja. Qué tonta soy. Probablemente no te parezca lo suficientemente guapa, delgada o divertida. Tal vez mañana no recuerdes mi nombre. Y yo aquí , en mi cama, sola y pensando en ti.
Quiero saber más cosas sobre ti, pero al mismo tiempo no. Tengo miedo. Miedo a lo desconocido. Nunca había sentido algo tan fuerte en tan poco tiempo por nadie.
Probablemente no te guste. Sí, de hecho es lo más posible. Pero... ¿qué debo hacer? Voy a dejar de plasmar mis dudas. Total, ¿para qué? Seguramente tengas ya a otra chica en mente. Una pena. Hacíamos tan buena pareja.
Estuve enamorada de ti durante, al menos, siete horas, todo un flechazo.