Fragmento #52 - Carta blanca para Alfil Negro

- Tienes carta blanca. - Me dice Francisco Francia. - Mis superiores no están muy convencidos, he eliminado toda las pruebas y diversos informes en los que salía tu nombre, con lo cual mi fuente de información se reduce a alguien desconocido. Te han llamado Alfil Negro.
- A fin de cuentas solo soy un peón más al que vais a manipular, ¿no?
- Solo que como Alfil gozas de mayor movilidad.
- Ya.
- Tengo compañeros que seguramente querrán saber quién es mi informante, y eres demasiado joven para meterte en este mundo negro.
- ¿Estás dispuesto a protegerme, ¿no es así?
- ¿Sabes? Cuando me obligaron a entrar en esta mierda, me vi obligado a desconectar de mi familia y mis amigos, hace años que no veo a Estrella. A cada día qye pasa mi corazón se rompe un poco más. Este trabajo termina exterminando nuestras vidas, Jaime, no lo olvides. - Hace una pausa. - Han aceptado la grabación, investigarán la desaparición de tu tío y su vinculación con el operativo fallido de Monsieur Gervase, en cuanto a Diego... - Esta es la parte importante. - No tienen inconvenientes en que lo traiga con una pierna rota o con un brazo de menos, pero quieren que tenga la sufiente sangre en la boca para que hable y nos de una vista panorámica de toda su red. Te cedo la libertad para actuar como mejor desees, pero, me lo tienes que entregar vivo, Jaime.
- No puedo prometerte eso, Francia. Lo sabes muy bien.
- Tendré que detenerte.
- ¿Sí? - Le sonrío. - ¿Bajo qué cargos? Si no recuerdo mal has dicho que has eliminado pruebas que me incumben, si me detienen sabrán que yo era tu informante, tu quedarás como un mentiroso, pero es que además, mis apellidos me vinculan con un presunto fugitivo, así que, ¿por qué no lo recapacitas?
- Jaime, no cometas una locura de la que tengas que arrepentirte toda tu vida, has hecho un buen trabajo y sé que necesitas encontrarlo y hacerle sufrir, pero, no olvides que si le matas serás tan asesino como él, te perseguirán hasta en los confines de la Tierra.
- Eso es asunto mío, Francia. Yo no necesito de permisos de tu gente para llegar hasta él, pensaba matarlo y hacer auténtica justicia y lo haré. Como hice con Silvia. Guárdate tus consejos paternales para otro. Yo sé lo que tengo que hacer.

Voy camino de la salida, la voz de Francia me detiene.
- Mantenme informado de todo lo que hagas.
- Sí, enseguida. - Espero que la ironía no se haya escuchado. - En cuanto me cargue a Diego. - Dios, espero que eso tampoco lo haya escuchado.